domingo, 2 de mayo de 2010

Nosotros los pobres, ustedes los...

"Para favorecer los intereses del narcotráfico en el estado de Hidalgo", es una de las acusaciones contenidas en una denuncia de hechos presentada el 11 de Marzo pasado ante la SIEDO (Subproduraduría General de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada) para descubrir si los presuntos nexos de la clase política hidalguense con Heriberto Lazcano, líder de los Zetas, son ciertos.

Hoy en día nuestra suerte es amarga, nuestra esperanza incierta, se necesita un trabajo ímprobo para inventar un consuelo que nos sirva, pero ¿a que?, ¿Cómo podríamos sentirnos en nuestra casa y a nuestras anchas en lo presente los que somos hijos del porvenir?. Somos enemigos de todo ideal que pueda hallar un asilo, un hogar en este momento de transición frágil y desmoronado; y respecto a la realidad de un ideal semejante, no podemos creer en su duración, ya está muy adelgazada la capa de hielo que puede soportar todavía algún peso y hay muchos buitres en la vecindad.

No queremos conservar nada de lo pasado. No trabajamos por el progreso. No tenemos necesidad de taparnos los oídos para dejar de oír a las sirenas de lo porvenir que suenan en la plaza pública. Lo que dicen: ¡igualdad de derechos!¡sociedad libre de corrupción!¡no más señores ni siervos!, ya no nos llama la atención.

Todo eso es parte para que nos sintamos incómodos en una época que gusta de reivindicar el honor de ser la más humana y las más caritativa, la más justa. Pero es muy triste que estas hermosas palabras sugieran pensamientos recónditos tan feos, que no veamos en ellas más que la expresión y el disfraz del aplanamineto más profundo, del cansancio y la disminución de fuerzas.

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