sábado, 17 de abril de 2010

La Suite del Dolor

Percibamos, ahora, la incierta calma divina que olvida sus promesas. Predica palabras de las que no sabe sus alteraciones futuras. ¿Reina altiva o fugitiva de un mundo en el que las nubes son sombras?.



Siendo yo la que quiere olvidarse del dolor procreado en mis entrañas, no me hagas arrepentirme de mis placeres mundanales, legislador de las naciones. No soy yo quien vuelve sino mis pies esclavos...



...pero dejo mis escritos de soledad dedicados a mi antecesor, digno de abandonarme, esperarando a que la luz derrote mi oscuridad en un rincón eterno.

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