lunes, 29 de marzo de 2010

¡Que nadie pregunte qué mano ha trazado estas páginas: una obra como esta es en cierta medida impersonal. Responde al llamado de la conciencia: concebida por todos, alguien la ejecuta y la autora se eclipsa, pues sólo es el redactor de un pensamiento del sentir general, un cómplice más o menos oscuro con la coalición del bien.!

No estará exenta su lectura de frecuentes y vivas diversiones; no obstante, es preciso proceder con lentitud, como conviene que se lean los escritos que no son frivolidades.

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