...y cuánto se deja atrás?.
Aquél vacío, aquél agotamiento, aquella incredulidad, aquella congelación en plena juventud, aquella senilidad prematura, aquella tiranía del dolor alentada por la del orgullo que no deja el consuelo de aceptar aislamiento para protegerse del desprecio de los otros, aquella limitación a lo que tiene el conocimiento de amargo, de áspero y punzante.
¿Con quién podré compartir esto?
Quien pudiera sentir lo mismo, apuntaría un poco de locura a mi favor...
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