En esta noche
cruda, amarga:
Mis lágrimas,
se entrelazan con el silencio.
Mi mente,
se pierde en la agonía.
Mi ser,
desconoce el consuelo
de la serenidad.
Tu abandono,
le dicta poemas de soberbia
a mi corazón.
Tu indiferencia,
acaba con mi orgullo.
Pero con todo esto
apuesto
mis minusculos deseos
de sobrevivir
a que:
Siempre
siempre
siempre
estarás
en las palabras
que mi boca enuncie
al arte de la conciencia.
Vivirás
en la ideología
de mi opinión
que se rinde
ante
la eterna búsqueda
de la razón.
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